Publicado: 31/01/2007
Los Andes

MENDOZA: LOS ALUVIONES SE PUEDEN CONTROLAR (31/07)(Los Andes)

Conforme se acentúa el crecimiento de las ciudades de todo el mundo, se agravan los problemas ambientales y Mendoza tiene el triste privilegio de compartir la degradación y los perjuicios con otros centros urbanos de América Latina.

Por Miguel Títiro Fotos: Orlando Pelichotti


Un tránsito caótico, la construcción que avanza sin mucha planificación y la pérdida de vidas humanas y bienes por aluviones, son algunos de los aspectos que desbalancean el crédito que la provincia tiene en otros campos y que aprecian los turistas que nos visitan.

En estos días, los medios periodísticos se han vuelto a ocupar, como hace 20, 30 ó 50 años, de los golpes de agua sin control tras precipitaciones pluviales. Habitantes de zonas afectadas se preguntan si no es posible revertir este flagelo alguna vez.

Los conocimientos que Raúl Mikkan tiene sobre estos temas ayudan a comprender en qué situación estamos y qué se puede hacer. Es doctor en Geografía y profesor titular de Geomorfología de la UNCuyo.

-¿Por qué ocurren aluviones como los que se abatieron sobre El Challao?

-Lo acontecido el 24 pone en evidencia una vez más que la ciudad de Mendoza ha crecido más rápido que la construcción de defensas antialuvionales. Si Mendoza tuvo una expansión a 100 km/hora (especialmente hacia el oeste), las obras han crecido a 2 km/hora.

-¿Qué se puede hacer?

-Hay que estudiar las cuencas individualmente, cada una es diferente. Tienen superficies, pendientes y materiales distintos. La de San Isidro no es igual a la de Papagallos ni a la del Maure o del Frías. Y otra cosa: los aluviones no se solucionan, se controlan. El resumen sería: estudiar, hacer obras de protección y seguimiento.

-¿Qué más se debería encarar?

-Estas cuencas, por donde escurren grandes volúmenes de agua, deben ser desarticuladas. Como todos los cauces confluyen en un punto, lo que debe intentarse es dominarlos en ese punto. Pero, las defensas, si son cuencas muy grandes, no aguantan tanto líquido y tanto barro, como ocurrió en El Challao. Lo indicado es que en todos los afluentes se construyan pequeños gaviones o muretes que detengan agua y barro, y que estos elementos no lleguen juntos a un mismo punto, que puede ser un colector o un dique de atención.

-¿Los diques de contención son útiles?

-Sí, siempre que arriba de ellos haya un proceso de desarticulación de la cuenca con obras sencillas, como gaviones y pequeños diques transversales, que vayan frenando la correntada.

-¿Y cómo se puede intervenir aguas abajo de los diques?

-En este caso deben actuar zanjones y acequias, pero limpios porque los diques, al no acumular toda el agua de golpe, irán descargando poco a poco, y ya no derramarán su carga dentro de la ciudad. Hay que evitar lo del Frías, que con una capacidad inicial de 350 m3/s, luego se estrangula en apenas 120 m3/s.