Publicado: 04/01/2007
La Gaceta

TUCUMAN: LA DESINVERSION VOLVIO ESCASA EL AGUA POTABLE (04/01)(La Gaceta)

Para garantizar el suministro se requieren obras de gran envergadura. Las zonas críticas son las que registraron una explosión demográfica. Se construyen pozos para resolver las carencias.
SERVICIO ESENCIAL - FALENCIAS

 

“No se trata de apretar un botón y tener agua potable; es un proceso complicado y costoso”, advirtió el ingeniero Carlos Murga, gerente de Operación y Mantenimiento de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), al explicar el motivo por el cual en muchas zonas de la provincia hay problemas en con el suministro del servicio. “Las zonas con déficits están individualizadas, y ya está aprobado un programa de inversiones a corto, mediano y largo plazo para dar soluciones”, agregó.
Sin embargo, son muchos los pobladores que se quejan a diario de la baja presión del agua, de su turbiedad o, directamente, de la interrupción del servicio (ver Del lector...). Los inconvenientes y las carencias se hacen más notorios en estos días de intenso calor, en los que el consumo se eleva considerablemente. Se forma así un círculo vicioso, ya que a más consumo, menos agua y mayor necesidad.
“Las zonas que sufren déficit de agua son aquellas que han experimentado una explosión demográfica, como San Cayetano, por ejemplo”, dijo Marina Mittelmann, encargada de Prensa y Comunicación de la SAT. “Por lo general, se trata de asentamientos ilegales que, con el tiempo, se transformaron en barrios. Por lo tanto, no tienen una infraestructura básica, y la SAT tuvo que salir a dar respuestas a esa gran cantidad de vecinos que no tenía agua potable”, detalló.
“Algo similar ocurre con zonas como Yerba Buena, El Corte, San Javier o El Cadillal. Nacieron como villas veraniegas y tampoco se previó la infraestructura de agua corriente o de cloacas; pero hoy tienen residentes permanentes que sufren el problema”, señaló, por su parte, Murga.
“La causante de todo es la falta de inversión, situación que se mantuvo durante décadas. Actualmente, la SAT hace sólo obras de mediana y de baja envergadura. Por ejemplo, para la capital se prevén 10 pozos. Algunos ya fueron inaugurados, como el de San Cristóbal; otros están casi terminados: se encuentran en la etapa de electrificación, para poder bombear el agua. Es el caso de los de San Cayetano, Villa Alem y barrio Casino”, agregó el experto.

Un acueducto


Otra de las áreas críticas es Tafí Viejo. Murga explicó que allí ocurre algo similar a lo que sucede en Tafí del Valle. El agua se extrae de dos fuentes: la superficial (ríos) y la subterránea, a través de perforaciones profundas. “En invierno los ríos se secan, y como no hay lluvias, también disminuye el caudal de las napas subterráneas. Entonces, los pozos no tienen el rendimiento que se requiere. Y en verano, cuando hay tormentas, los ríos arrastran sedimentos que enturbian el agua. Entonces se hace necesario cortar el servicio y esperar entre seis y ocho horas, hasta que todo decante y el agua pueda ser tratada.
“Para Tafí Viejo se está planificando la construcción de un acueducto de 40 kilómetros de extensión, con el que se llevará agua desde Vipos -dijo Murga-. También está previsto ampliar la planta potabilizadora de El Cadillal, ya que la actual producción no alcanza para cubrir las necesidades de una población que sigue creciendo”. Para estos trabajos se invertirán $ 25 millones.
Sin embargo, obras que impliquen la recuperación o el mejoramiento de los diques existentes -o la construcción de nuevos embalses-, lo que permitiría almacenar mayor cantidad de agua, sólo están en estudio o en consulta. No figuran en el plan de obras que la SAT elaboró para realizar desde este año hasta 2010.

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